Colombiano. Delantero de Racing en 1989. Jugó 11
partidos.
Su carrera empezó en 1984 cuando, con sólo 16 años
debutó con éxito en Deportivo Pereira, lo que lo llevó a ser convocado por Luis
Alfonso Marroquín para la selección de Colombia que disputaría el torneo Sub 20
en Asunción, donde trascendió luego de
tener un lúcido rendimiento en el torneo.
Colombia, con Higuita, Tréllez, Castaño, Pérez y
demás, consiguió por primera vez en la historia del fútbol colombiano llegar a
un mundial de la categoría. La cita fue en Rusia, donde avanzó a segunda ronda,
en la que Brasil lo aterrizó con un contundente 6-0.
Luego de este torneo, todos creían que este jugador, que había sido
transferido a América de Cali, llegaría a ser ídolo en Colombia. Sin embargo,
no fue así.
El primer obstáculo fue su propio club que no lo vendió a pesar de
recibir ofertas de países europeos y la segunda fue su DT, Gabriel Ochoa Uribe, a quien no le
gustaban mucho los jugadores jóvenes. Además, cabe recordar que ese equipo
estaba integrado por grandes delanteros como Ricardo Gareca, Juan Manuel
Battaglia, Willington Ortiz y Roberto Cabañas, quienes tenían un gran nivel y a
Castaño se le hacía difícil ganarse un lugar entre los once.
Sin lugar en el equipo, el delantero, que tenía una habilidad extrema, de un
valor incalculable, que gambeteaba como ninguno y poseía un futuro enorme, se rebeló contra el fútbol y la vida. A ese
incipiente talento no le agregó disciplina y profesionalismo, dos factores
fundamentales para triunfar a lo grande.
En 1987, Édison logró que lo transfirieran a Atlético
Nacional, donde sí tuvo espacio, pero donde vivió el momento más
doloroso de su carrera. Allí sufrió una grave
lesión de rodilla que lo alejó mucho tiempo de las canchas.
Pese a que la lesión lo había disminuido, Castaño
volvió a las canchas en 1988, jugó un semestre con Nacional, con un buen nivel,
lo que hizo que América lo pidiera de regreso.
En enero de 1989, en un torneo amistoso en Cali al
que asistieron Vélez y Racing, Castaño mostró su talento y cautivó a los de “La
Academia”.
El delantero cafetero vino con una gran ilusión de ser figura en
Argentina pero en un entrenamiento, un jugador juvenil le lesionó la misma
rodilla, que lo había dejado parado en Atlético Nacional.
Luego de
otra larga recuperación, Castaño regresó a
Colombia, donde pasó por diferentes equipos: Independiente Santa Fe,
Once Caldas, Deportivo Cali, Deportes Quindío y terminó su carrera en Atlético
Huila en el 2000. En todos insinuó pero en ninguno explotó. También
jugó en Trujillanos
de Venezuela.
Quienes lo han conocido a fondo afirman que un error de Castaño fue dejarse influenciar de algunos amigos y allegados oportunistas, que en muchas ocasiones no permitieron que surgiera y lo hundieron en el fango en el que se estaba estancando. Pasó su vida entre el encanto, la fantasía y los excesos.
El mismo
futbolista ha mencionado con sinceridad en varias oportunidades, que parte de
su fracaso fue la irresponsabilidad y la fama mal manejada, pues contó con poca
asesoría de sus familiares.
Algunos
hinchas que vieron con alegría el juego de John Edison manifiestan que pudo
haber sido el mejor futbolista colombiano de todos los tiempos y uno de los
mejores del mundo. Pero fue otra estrella fugaz que quedó rápidamente en el
olvido.
2 comentarios:
Gracias por compartir
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Su blog es muy bueno
Recuerdo haberlo visto jugar en Racing por la Supercopa de 1989 contra Boca. Realmente pintaba lindo, pero nunca llegó a asentarse
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