miércoles, 29 de junio de 2011

Aquilino Villalba

Paraguayo. Delantero de Gimnasia de Jujuy (2003-05 y 2006, 57 partidos, 10 goles), Atlético Rafaela (2005, 13 partidos), Racing de Córdoba (2006, 15 partidos, 4 goles) y Sportivo Patria (2007, 10 partidos, 5 goles). Jugó 95 partidos y marcó 19 goles.

Se inició en el Lobo jujeño e integró el equipo que logró el ascenso a Primera, pero sin ganarse un lugar en el once titular.


A mediados de 2005 jugó en Atlético Rafaela, donde tampoco tuvo continuidad y lo dieron de baja.

Aquilino regresó a Gimnasia, pero éste lo volvió a prestar y el delantero guaraní pasó a Racing de Córdoba, que estaba en el torneo Argentino A.

“La Academia” cordobesa, tras quedar eliminado del campeonato, le dio libertad de acción y Villalba volvió a incorporarse al Lobo, que esta vez lo tuvo en cuenta para el Apertura 2006, torneo que sólo jugó tres partidos.

Aquilino no la tuvo fácil en Gimnasia, ya que delante de él lo tenía a Balborin y Silva, ambos titulares, por eso el atacante no pudo consolidarse en el "lobo" jujeño y tras la finalización del torneo, decidió pegar la vuelta a su país, donde fichó para Olimpia.

En el decano paraguayo estuvo seis meses y volvió a la Argentina para ponerse la camiseta de Sportivo Patria. Luego siguió su carrera en el fútbol boliviano (Bolívar, Aurora, San José) donde sigue jugando actualmente.

jueves, 16 de junio de 2011

José Soriano

Peruano. Arquero de Banfield (1942-44, 46 partidos), River (1944-46, 71 partidos) y Atlanta (1947, 10 partidos). Jugó 127 partidos.

En su Perú natal era Agrónomo, especializado en el cultivo de la caña de azucar y además tenía a cargo a más de 200 personas.

En las horas extras, jugaba por placer en los Diablos Rojos de Chiclín. Un amistoso cambió su historia: el DT de la Selección de su país lo citó tras verlo en acción. De ahí al Sudamericano de 1942 en Montevideo. Soriano había llegado a la mayor sin haber jugado en ningún club de su país.

Al terminar el Sudamericano, Soriano recibió ofertas de muchos equipos, pero volvió a Chiclayó tras rechazar todas las ofertas. Pero un día apareció Florencio Solá, presidente de Banfield y lo convenció para que ataje en su equipo.

Llegó al Taladro en 1942 y dos años después pasó a River por 100.000 pesos (una cifra importante para la época).

El golero peruano debido a su gran personalidad y conducta dentro y fuera de la cancha fue elegido como el capitán de “La Máquina”, aquel equipo, conformado por figuras rutilantes como Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y Félix Loustau.

En 1946 Soriano integró las primeras comisiones de lo que sería luego Futbolistas Argentinos Agremiados y les enseñó el camino a los jugadores argentinos para reclamar y defender sus derechos como trabajadores. Y fue en su casa donde se estaba impulsando el gremio que defendería los derechos de ellos. Las reuniones se hacían en Brasil 343, octavo piso. Ahí vivía el peruano, quien junto con Rodolfo Danza, de Ferro, enviaron telegramas a todos los capitanes de Primera y Segunda. Allí se formó la base del gremio. Esto molestó a los dirigentes “Millonarios”, que decidieron desprenderse de él.

Soriano por seguir a Pedernera, jugó dos meses en Atlanta, donde se retiró, a los 29 años.

Durante su estadía en el fútbol argentino, Soriano fue elegido capitán y Caballero (se lo apodó el caballero del arco) entre sus pares por su don de gente. Un hombre hecho de cortesías e hidalguías, se tomaba unos dos minutos para saludar el prójimo.

El 22 de marzo de 2011 el uno peruano falleció a los 93 años en una clínica porteña tras ser sometido a una operación a raíz de una fractura de cadera. Era el último sobreviviente de un equipo que hizo historia, como lo fue “La Maquina”.

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